El silencio en una iglesia
En uno de los lados de la nave, inclinando su húmeda
urna,
La noche deja caer la sombra triste de la tarde;
Caza insensiblemente la modesta claridad diurna;
Y la boveda se duerme sobre el negro pilar.
El silencio penetra solo bajo el arco taciturno,
La ojiva en los pardos vitrales no se deja ver;
El frio altar se arropa con su vestido noctuno;
El órgano se apaga; ¡todo duerme en el sagrado
dormitorio!
En el silencio, un paso resuena sobre el suelo;
Todo se despierta, y el sonido extiende su espiral,
El órgano gime, el altar tiembla bajo ese ruido.
El pilar lo repite en su cavidad sombría;
El arco lo retransmite, y se agita en la sombra...
¡Despues todo se desvanece, todo muere, y vuelve a caer la
noche!