Carta enviada por Jules Verne a su amigo Nadar, en agosto de 1903, en respuesta a una carta enviada por este.
Amiens, 22 de agosto de 1903
Querido y viejo amigo:
Recibo tu buena carta y la respondo de inmediato. Ante todo, no estoy como dicen los diarios, y a pesar de lo que afirman no puedo creer que estoy ciego. Puedo leerte, te escribo, camino por las calles de la vieja Samarabrive. Entonces exageran: que tengo principio de cataratas, sea. Pero aún tengo muchas esperanzas de escaparle a la operación. Te noto muy cambiado, querido Nadar, y tu intrépido compañero no lo está menos. Parece que es la vida. Cuando subiste en globo, ¿por qué no llegaste hasta el cielo? Tal vez habrías encontrado la razón de todas las cosas. Gracias, por tu informe sobre los ciegos. El Béril [Béril o Baril] en cuestión vive siempre en Amiens.
Recuerdos respetuosos a tu mujer y para ti la sincera cordialidad de un viejo amigo.
Jules Verne.